El artículo 2 del Real Decreto 217/2022, de 29 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria y el artículo 2 del Real Decreto 243/2022, de 5 de abril, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas del Bachillerato definen el elemento curricular de criterios de evaluación como los referentes que indican los niveles de desempeño esperados en el alumnado en las situaciones o actividades a las que se refieren las competencias específicas de cada materia en un momento determinado de su proceso de aprendizaje.
Los criterios de evaluación van dirigidos a comprobar el grado de adquisición de las competencias específicas, esto es, el desempeño a nivel cognitivo, instrumental y actitudinal, que pueda ser aplicado en situaciones o actividades del ámbito personal, social y académico con una futura proyección profesional.
Por lo que resulta imprescindible su análisis y descomposición, puesto que debemos basar la evaluación del alumnado en estos criterios.
Vale, ¿entonces para que valen los criterios de evaluación? Pues para medir el desempeño alcanzado por los alumnos al movilizar saberes básicos en situaciones de aprendizaje o actividades competenciales, y que el docente pueda determinar si el alumnado ha adquirido las competencias específicas.
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